Números. Son significativos. En mi vida cada uno significa más
que el anterior.
Siete años. Dos mil quinientos cincuenta y cinco días.
Ese es el tiempo que ha pasado desde que aprendí que tengo el síndrome
de Asperger.
Cinco años. Mil setecientos veinte días.
El tiempo que he estado en terapia a causa de ella.
Una sala de espera al azar.
Todo lo que hizo fue poner mi mundo al revés, y me entero de que incluso
en el peor ser humano, hay una historia que contar y, a veces, el inicio de esa
historia puede ser engañosa.
Soy Eric Carmen. Ella es Amelia Evans y esta es nuestra historia.

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